El riesgo de aniquilación era evidente. Igual decidieron enfrentarse.
Cuando el filo comenzó a cortar venas y a vaciar razones un inmenso salto atrás paró el encuentro.
Uno vio con claridad el principio, el otro el final.
Lastimados, de vuelta a casa, cada uno aprehendió como pudo la otra mitad de la historia.
domingo, junio 06, 2010
A la mala
at 12:45 p. m.
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