martes, junio 20, 2006

Segunda era

Solo pienso en llegar a casa. Estoy cansada de escuchar penurias e intoxicada por la comida putrefacta. Las tareas de reconstrucción que me asignaron resultan más pesadas de lo que pude imaginar, no por el trabajo físico, sino por la exigencia de un estado de ánimo positivo para consolar a los sobrevivientes.
Algunas paradas nos dejan a merced del sol, mientras esperamos que los esclavos arreglen la ruta devastada. Si para llegar al río la bajada no fuera tan escarpada, con gusto me daría un baño. Hace calor y el camino está completamente polvoriento; no llovió hace semanas.
Es curioso que esta ruta, otrora tan transitada ahora esté casi desierta, silenciosa.
Avanzamos a buen paso, y cada uno va absorto en sus pensamientos. No elegimos estar juntos, y menos sobrevivir juntos.
Es la segunda vez que voy a Pompeya después de la erupción del volcán, y ya estoy pensando cambiar de destino ¿es que realmente tiene sentido intentar recuperar el esplendor perdido?

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martes, junio 06, 2006

Hoy, 06/06/06, desde algún oscuro sótano

Quedó bien la estrella de cinco puntas. Fue buena idea trazarla con compás, la página web del Tezbill está bien práctica, ya era hora de poner unas instrucciones claras en la red. La pulcritud no quita lo satánico.
El altar con la imagen se ve alucinante. Tengo la brújula en el bolsillo, me sudan las manos. Todavía no llegó el gato negro. Me siento inquieto. "Muéstrate como eres, no tengas miedo" me dijeron, como si fuera a comparecer ante un tío de buena onda. Si, claro, no me la creo. Intento tranquilizarme pensando en otra cosa.¿Cuántos saben que un satanista ganó el premio nobel? ¿Quiénes participaron en la procesión de 1889?. Charlo con los demás.
Se abre la puerta: llegó el gato. Respiro aliviado. Sin el bicho ese las cosas no funcionan. No cabe duda de que entre las sociedades secretas, las otras pandillas y las pinches beatas ingenuamente cautas hicieron desaparecer todos los gatos negros de la ciudad.
Vibra la alarma de mi celular: ya es hora. Lo apago. Encendemos las velas negras sincrónicamente: hoy es el amanecer del 6 del 6 del 6. Saco la brújula y el orador comienza: In Nomine Dei Nostri....

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lunes, junio 05, 2006

Buen viaje

Esa despedida fue como lanzar un fósforo encendido a un bloque de clatrato de metano.

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