jueves, septiembre 06, 2012

Quince. Bis. Bis.

Brindo
       por la belleza de esta locura
                 y
le agradezco a estos treinta
                por mantenernos
                                        en tan de-li-ci-oso
                                        equilibrio.

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domingo, junio 06, 2010

A la mala

El riesgo de aniquilación era evidente. Igual decidieron enfrentarse.
Cuando el filo comenzó a cortar venas y a vaciar razones un inmenso salto atrás paró el encuentro.
Uno vio con claridad el principio, el otro el final.
Lastimados, de vuelta a casa, cada uno aprehendió como pudo la otra mitad de la historia.


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domingo, mayo 30, 2010

Desespejismo

Las nubes del alba marcan el fin del tiempo eterno, bello.
La luz matinal cubre implacable este desierto que es el camino del metro hasta tu puerta.
Recorro mentalmente este camino y me duele la seca soledad de mis huesos:
esta vez no vendrás a mi encuentro.
Los besos de agua quedan atrapados en la luz del alba
y siento que para atravesar el desierto no hay fuente que baste.
***
Camino. Me siento, leo y espero. No muero.
Cuando en fin atravieso tu puerta encuentro un oasis tan imaginario como el desierto.
No hay agua, no hay besos, sólo nubes tibias sobre las cuales puedo descansar.
Y desde ahí te veo, limpio y silencioso como un misterio.
Y desde ahí me ves ¿también como un misterio?
***
Mis huesos se bastan, sobre todo en días de lluvia.
Mis huesos guardan entre sus poros oasis, besos de agua y los besos del agua.

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martes, abril 06, 2010

Ay brújula descompuesta,
quisiera, pero no puedo ayudarte:
¡No se distinguir el sur del oeste!
Ahí, incrustada en mi ombligo
complicas mi existencia
pues te sigo, sabiéndote necia.

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sábado, marzo 13, 2010

Rescoldo

Ya-no-quie-ro ser tu musa.

Quiero poder romperme
y que me recompongas.

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lunes, enero 04, 2010

Dos mil nueve

Sendero vano,
desfazado y vago.
Un año en blanco
karapampeando.

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miércoles, octubre 29, 2008

Treinta, Sesenta, Noventa

Pienso en tu piel blanca, arrugada
sobre la cual casi no se distingue tu barba.
Ella llora la rota sincronía y yo,
sabiendo que no te podia pedir más,
tengo aceptar recibir la noticia diferida.

Estos dos dias de lluvia son para tí.

Así, hoy me toca llorar tu cuerpo ausente
y ponerte velas y unas flores desde aquí
sabiendo que no importa el lugar,
pues ya no se dónde estás.

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