Al levantarme vi una rosa en mi ventana. Arrancada de la calle, no una rosa como la del Principito, pero una rosa simple y bella. Mi rosa.
Pensé que era tuya.
Me dieron escalofrios.
Pero ahora que te pregunto, no fuiste tu quién la puso en mi amanecer.
Por dentro, unos pedacitos de cristal roto vibran y quieren volver a latir. Solo falta que suelte el lazo que ata mi camisa de fuerza.
viernes, octubre 27, 2006
Una rosa
at 12:21 p. m.
Labels: Escribiduras
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