lunes, octubre 30, 2006

En un pueblito de madera y pino

Este fin de semana, a los pies del Mont Blanc, por lo menos encontré las preguntas.
Y, volviendo a pie por la arboleda de la ciudad vacia encontré algunas respuestas.
Hay cosas a las que no renuncio:
Mis mundos paralelos, a los que entro por instantes, donde me encuentro con mi tribu de gente calida y aventurera, marcada siempre por nuevas cicatrices. Mi corazon paplita alli. Y mis hijos naceran alli, en medio de un inmenso, calido y dulce amor.

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