Pongo mis fichas sobre el tablero
Pienso.
Pienso.
Hago mi jugada. La mejor posible.
Respiro aliviada.
Sonrío.
Parece que la estrategia está bien pensada.
De pronto la vida suelta una carcajada franca y loca:
¡Te equivocaste de juego!




2 comentarios:
Cuando alguien ríe de ti es porque teme tu atrevimiento; buena señal, vas avanzando!
Y a ver si solo nos dedicamos en el sabinesco sentido de las cosas, al menos alguna vez solo a jugar por jugar.
No nos sentaría nada mal...
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