viernes, mayo 26, 2006

Mal de viernes

La Tristeza es buena compañera, al menos para mí.
Cuando el gentío que pulula alrededor me absorbe la energía
y no puedo volver al mundo paralelo en que habito
siento que me hundo, con un cuerpo de plata en un lago inmenso.

Tristeza me empuja más. Me obliga a tocar el fondo lodoso
y solo así puedo impulsarme fuera del agua.

Pero, si no tuviese la escafandra hecha por Música quizás ya no volvería a respirar.
Aspiro hondo. ¿Pueden las notas entrar por mis pulmones?
Doy fe de que sí.
Me seco al sol. Y sigo.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Particulares compañeras. Música, en mi caso, es una de esas "mejores amigas". Es de esas compañeras de los viernes en la noche (justamente), los domingos por la tarde y, por qué no, hasta de los horarios de oficina. Pero Tristeza... la conocemos, es esporádica e intempestiva. Puede ser fugaz mas su presencia, cuando está presente, se palpa eterna.

Y ese lago, ese fondo del que hablas, también lo siento y comprendo la profundidad y el impulso.

Convengamos que Tristeza, más que compañera podría plantearsenos como una amante. Una amante que interpreta ciertas notas del Sentimiento (nunca todas), con suspiro y nostalgia, de esas que más allá de su naturaleza, nos pueden abrir puertas -y ventanas- para letras como estas. También para lunas únicas, también para mirar bien antentos el agujero marengo ese, el que acoge a una espiral del tiempo que, algunas veces, también funge de resorte para impulsarnos a la superficie, cuando estamos en el lago, en el fondo, y el impulso de siempre parece haberse escondido. Una espiral del tiempo que hace darnos cuenta que ya no es viernes y que la música no se ha ido, fiel como es, compañera como es, ahí sigue, como escafandra, como salvavidas, con esa misma intimidad de viernes, la que hace que más allá de Tristeza, de Alegría o de cualquiera de las "Otras", nos sequemos al sol a su lado. Y hace que sigamos.

¿Te puedo hacer un pedido? Que tus escritos en este blog no sean lejanos uno del otro en distancia temporal. Prometo leerte tal como he hecho con cada una de las entradas que aquí regalas.

harina dijo...

Gracias... ojos gentiles los tuyos.
El pequeño detalle es que mi switch no funciona a pedido. Es un misterio total.
Lo único que puedo prometerte (y prometerme) es escribir cuando sea hora y con corazón.

Anónimo dijo...
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